7 días en New York [FLUIR Y DISFRUTAR]
Lo que aprendí viajando con mis hermanas, a 7 semanas de conocer a mi hija.
La semana pasada estuve con mis hermanas en Nueva York. Un sueño.
Pusimos de pretexto dos cosas: visitar a mi hermana que vive allá y que fuera el último viaje antes de la llegada de Elena -mi hija-.
Este viaje salió bastante inesperado y mágico ——pero así se pasa lo mejor de la vida—
Dicen por ahí que “las mejores cosas no se planean” (sé que me estoy mordiendo la lengua porque justamente yo me dedico a eso: a planear, crear estrategias de gestión del tiempo, de organización, y enfoque para vivir una vida con más estructura pero al mismo tiempo más libertad) pero después de este viaje pensé que era el tema ideal para hablarlo hoy.
Las cosas no siempre pasan como las planeamos.
Empezamos el viaje con la ley de murphy, a todas les llegó mi maleta menos a mi, a la embarazada…llegamos al hotel a las 4:00am después de estar 3 horas y media en migración y no estaba nuestra reservación, fuimos al MET el día que estaba cerrado el museo, nos perdíamos en el metro y llegábamos tarde a otros lados, no logré llegar a un bazar vintage porque se nos fue el día, JAJAJA en fin.
Pasaron varias cosas durante el viaje que en su momento nos sacaron de nuestro centro pero cuando lo piensas, no pudo haber sido de otra manera porque así fue perfecto.
Esto lo resumo a dos palabras: FLUIR Y DISFRUTAR.
Ahora que faltan 7 semanas para que llegue mi bebé al mundo quiero tener esas dos palabras presentes: FLUIR Y DISFRUTAR.
Si ya conoces NYC pero buscas planes que no son los típicos, te dejo una lista aquí:
Ir al ballet en The Metropolitan Opera
Fue el plan de la primer noche y superó todas nuestras expectativas.
Un lugar imponente, sede de las grandes producciones de ópera y ballet en EE.UU. Te recomiendo leer la sinopsis antes porque no hay diálogos, así que cada quien interpreta la obra de forma distinta. El edificio, además, es una joya arquitectónica dentro del Lincoln Center.Ir a un bar de Jazz. Nosotros fuimos a The Django y nos encantó.
Está inspirado en los clubes parisinos, con candelabros, cortinas rojas y una atmósfera íntima. Tienen una regla muy clara: mientras suena el jazz, nadie habla, se escucha. Es todo un arte. Compra tus boletos antes, reserva y llega con tiempo: el acceso es por orden de llegada.Visitar la terraza del Summit y quedarte un ratito hasta arriba viendo la vista 360° de la ciudad con un drink.
Mi cuñado que ha visitado ya varias terrazas dice que sin duda esta es la mejor porque es interactiva, tiene muchísimos spots para tomarte fotos, y obviamente las vistas son lo mejor de todo.
Por último ir a Keens Chophouse.
Tenemos una tradición familiar de que en cualquier viaje hacemos un cierre especial de despedida y este fue el lugar IDEAL.
Este restaurante fue fundado en 1885, y es famoso no solo por sus cortes de carne sino también por su colección única de más de 90,000 pipas de arcilla. Tienen en exhibición las pipas de Albert Einstein, Theodore Roosevelt, Michael Jackson, y muchas más personalidades de la historia. Durante más de un siglo ha sido refugio de escritores, actores, políticos y soñadores.
No sabíamos a lo que íbamos, pero fue el cierre perfecto para una semana que nos desacomodó, nos unió, nos hizo reír a carcajadas… y me recordó que el control a veces también está en soltar.